domingo, 1 de febrero de 2015

Sombras

                                


 Entendemos la calle como el espacio intermedio que se crea entre dos filas de edificios, como dice Perec, un alineamiento paralelo.
 Podemos analizar una calle desde lo más básico, desde su forma, si es estrecha o ancha, larga o corta, si prosigue hasta un cruce, desemboca en un camino sin salida, en una rotonda,  cuales son los edificios que la rodean, sus olores, sus sonidos... Cada calle es distinta, aunque las infraestructuras que la rodean sigan un mismo patrón a lo largo de todo un barrio, cada calle posee una marca personal, algo que la identifica del resto. Puede que un visitante, alguien de paso, no se percate pero sí las personas que viven ahí. Estas personas son las que con sus vidas y con el fruto de la interacción con ellas son las que la definen.
  Pero el tiempo pasa y las personas cambian al igual que las calles que nos cuentan sus historias. La Gran Vía no presenta la misma imagen a las cuatro de la madrugada que a las tres de la tarde, igual que esas cuatro de la madrugada no ofrecían el mismo aspecto hoy que hace cincuenta años. Ese devenir inevitable que concibe a la vez su vida.  Tiempo, cambio, vida. El reloj sigue girando y el movimiento se sucede en ese  cachito de mundo.
 Así pues, este micro-proyecto se centra en eso, en el tiempo, o más bien una muestra simbólica del cambio. Los edificios y su entorno, sus sombras, dependiendo del momento del día se ven proyectadas de una forma u otra. A  modo de reloj de sol estos ofrecen diferentes escenas y composiciones, se transforman en símbolos del momento, un juego visual que cambia al segundo.
De forma material, mostramos una serie de dibujos,esas sombras simbólicas, casi abstractas, que reflejan un instante en esas calles. Un tiempo que ha quedado congelado sobre el papel.





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