Casi todo el mundo en las casas de sus abuelas tiene alguna
figurilla de porcelana o la típica vajilla que cuelga para su simple
contemplación en las paredes de las cocinas y salones, para Charles Krafft no fue diferente y en su
mente quedó grabada la imagen de esos
elementos decorativos que simplemente estaban ahí, luciendo bonitos, sin un uso
aparente, como muchas veces el propio arte.
Su obra hace una
mezcla de ese recuerdo, de esos platos inservibles, nostálgicos, trasformados
en nuevos objetos críticos a la par que inquietantes. Una mezcla entre pasado y
presente, una nueva visión a lo clásico.
Para más información sobre Charles Krafft:
http://www.charleskrafft.com/
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